Monday, March 04, 2013

10 años de MÚSICA

Me fui a México en febrero del 2003 a estudiar música. Todavía recuerdo los meses intensos que precedieron ese viaje: me estaba graduando del colegio y mi madre se estaba divorciando de su segundo matrimonio. Uno de mis mejores amigos para entonces (y actual), Emiliano Polo, que toda su familia es mexicana, me había hecho la propuesta de que nos fuéramos a estudiar juntos, el cine y yo música, y que usáramos de pretexto la universidad, para vivir en el extranjero y cumplir nuestros sueños de grandeza. Al principio la idea la vea lejana e inalcanzable, yo ni siquiera me había subido a un avión en toda mi vida y con 16 años la idea me interesaba demasiado. No lo pensé mucho, simplemente me dejé llevar.

Llegué a la ciudad de México recién cumplidos los 17 años completamente muerto del miedo. Todas las historias que uno escucha de la gran Tenochtitlán pueden realmente abrumar a cualquiera, y yo, un pueblerino burgués que ni siquiera sabía lavar su ropa ni hacer su propia comida, me perdía en cada esquina de la ciudad y no salía mucho ya que no conocía nada ni a nadie. Viajar con Emiliano fue realmente de mucha ayuda para esos primeros meses que me marcaron de una forma que pocas cosas lo han hecho en mi vida, y me sirvió de colchón para adentrarme en plena adolescencia al inmenso mundo de la música.

Me inscribí en la Academia de Música Fermatta, para entonces adscrita a la Berklee College of Music de Boston (actualmente el sistema ha cambiado), entrando con una mano atrás y otra adelante. No sabía nada, ni por dónde empezar, ni cómo estudiar, ni nada, en pocas palabras, era un novato en las ligas mayores. Cursé la Licenciatura en Música Popular y llevé toda la carrera como instrumento la voz. El canto, que según yo lo hacía muy bien y se me daba de forma natural, ¡Grave error! En las primeras clases, aunque mi voz era agradable para todo el mundo, me di cuenta de las enormes fallas que tenía en función de la técnica que no me dejaban avanzar y mas bien me lastimaban cada vez que cantaba. Tardé varios años en corregir defectos que venía arrastrando desde los 12 años.

La carrera duró cinco años que se me fueron en un suspiro. Aprendí de todo y de nada. Me gradué con la convicción de que necesitaría toda una vida para ser un músico medianamente respetable, no me sentía que calzaba esos zapatos, ni por cerca, aunque ya tuviera una licenciatura, aunque haya aprendido armonía moderna y tradicional, contrapunto, arreglo, composición, y haya salido con buenas calificaciones, me sentía demasiado insignificante dentro del mundo de la música. Tuve grandes maestros, ¡grandísimos! Luis Zepeda, Hugo Warholtz, Baldomero, Rubén Hernández, Abitia, Mario Santos, Nadia Ortega, Sandra Cuevas, Ximena Moreno, Juan Carlos Paz y Puente, Sebastián Otero, La Bruja, Omar Soza y un montón más que recuerdo con enorme cariño y admiración. Para entonces también trabajé cuatro años en estudio de grabación y di clases a más de 50 personas en el transcurso de mi carrera. Me mudé unas 10 veces y viví como con 40 personas de todas partes del mundo, desde Chile hasta Mongolia, desde Colombia hasta Alemania y el Japón. Aprendí a cocinar, aprendí a lavar, aprendí a hacer mis trámites de migración solito, y aprendí a tener profundos sentimientos de soledad. ¡Todo a la brava!

También me dediqué a hacer discos con mi banda, los "doble circulación"; una banda que surgió de repente, de la nada, sin siquiera buscarla. Primero hice uno a solas con, Carlos Segura, el primer guitarrista de la banda con el que había trabajado desde el 2003 en otro proyecto que nunca cuajó. Lo grabamos con unas rolas que tenía guardadas en el baúl. Usamos la PC que estaba del cuarto de su hermano. Era el 2005 y lo sacamos para nuestros amigos y familiares a finales de ese mismo año. Yo lo presenté en unas vacaciones que tuve en Nicaragua y tuve la oportunidad de armar mis primeros conciertos con músicos profesionales. Luego nos propusimos buscar gente para armar un proyecto más serio y así entraron los demás. Nos metimos a ensayar y a componer en mi departamente de la colonia Copilco, al lado de la UNAM. Grabamos Suspiro para finales del 2007 pero lo estrenamos más de un año después porque uno de los guitarristas, Fernando Murillo, se casó y fue a vivir a Canadá. Negociamos con la disquera que teníamos en ese momento un contrato ficticio que sirvió para darnos cuenta que lo mejor es hacer las cosas por uno mismo y tomar los toros por los cuernos. Con Suspiro tocamos en todos lados, en festivales enormes donde llegaron miles de personas, en la televisión, en la radio, en el interior de la república, en Nicaragua. Promocionamos como locos, nos sentimos rockstars y músicos profesionales al mismo tiempo; llegamos a vivir días intensos. Mientras hacíamos todo eso, compusimos rolas maravillosas que nos hacían pasar días metidos en la sala de ensayo y salir a celebrar cuando hacíamos bien nuestro trabajo trayendo a la luz canciones que nos hacían sentir orgullosos. Nos emborrachábamos y debatíamos el 99% sobre música y como ser mejores músicos mientras compartíamos canciones que nos marcaban. Grabamos Dual para el 2010 de una forma muy diferente a Suspiro, teníamos la presión de que estábamos financiándolo nosotros y la presión de dar el ancho que se necesitaba para un proyecto como "doble". Lo terminamos casi a finales de ese año y para entonces Edgard Fonseca, que se había ido a estudiar guitarra a Barcelona, fue reemplazado con Iván Beltrán. Lo mismo, nos metimos a componer, y a tocar. Hicimos un par de giras y viajes juntos y convivimos más que nunca como familia de hermanos. Otros días intensos. 

Tuve un accidente con mi familia para finales del 2010 donde casi fallece mi mamá, y por eso tuve que abandonar el DF a principios del 2011. Cuando le dije a los dobles que tenía que irme, ellos, leales y firmes, quisieron hacer el viaje conmigo, exceptuando Emmanuell que tiene un hijo en DF, nos fuimos a convivir casi 5 meses juntos en un viaje que nos marcó de por vida. Discutimos, tomamos, compusimos, tocamos, viajamos, y luego una vez dada terminada la gira, decidí quedarme unos meses más en mi tierra.

Estos 10 años de música han estado llenos de pura intensidad. No han habido meses tranquilos, si no tengo nada que hacer, me voy de fiesta a vivir intensamente y aparezco cuando surja algo, si tengo mucho trabajo, olvido lo demás y me centro en mis ideas. Lo interesante de todo es que sinceramente siento que estoy empezando, que todavía no he hecho ni el 10% de lo que necesito hacer. Decía Mick Jagger en una entrevista que el propósito de su vida sería encontrar la satisfacción, como la rola, y creo que en una carrera como la música, la búsqueda de la satisfacción, al menos en mi caso, ha sido una constante. 

Regreso a México luego de estar por primera vez más de un año fuera desde aquel 2003. El 2012 fue un año de descontaminación y depuración de muchas cosas que venía arrastrando desde hace tiempo. No estuve inactivo, siempre estuve dando conciertos, clases y componiendo, pero con un ritmo completamente diferente a como venía trabajando anteriormente. Esta vez grabaré mi primer disco como solista con Aedón Records, una disquera independiente de jóvenes músicos con los que he trabajado anteriormente y a los que honestamente admiro muchísimo. Espero poder tocar con los dobles también, eso me gustaría demasiado. Tengo demasiadas ideas musicales, pero creo que lo más importante es que este disco sea lo más honesto posible, que me refleje tal cual estoy ahora: firme, tranquilo, paciente, con mucho amor que dar, y mucho mejor músico que cuando salí de la carrera. Lo que vaya a suceder con él, pues el tiempo lo dirá, yo mientras tanto me dedicaré a vivir el presente.