Thursday, September 15, 2011

Vicente - (Nario)


La celebración de estos 200 años de independecia sobre la corona española tiene sus varias lecturas. Ciertamente México es un país de enormes logros, y que merece tener en alto sus valores culturales, sociales y artísticos. Son la cuna de dos enormes civilizaciones, de comida mundialmente famosa y de grandes artistas de la música, el cine y la literatura (por mencionar solo algunas cosas); pero estos 200 años de "libertad" tiene una fondo mucho más escabroso.
Con una violencia que no se aguanta, con los niveles de pobreza de algunos estados que llegan a africanizar la realidad y con una clase empresarial, religiosa y política homo neanderthalensis, la celebración gubernamental de estos 200 años son más que pan y circo pal pueblo que una verdadera celebración nacional. Taparle el ojo al macho para desviar la atención de lo que realmente importa y nos ocupa a todos, artistas y no artistas:

Liberté, égalité, fraternité
(igual que todo en el mundo)

La lucha de la independencia no fue explícitamente para simplemente abolir la exclavitud (y que los que eran exclavos sigan viviendo como exclavos), ni para sacar a los españoles (que sus descendientes siguen viviendo como sus antecesores), sino para traer justicia y equidad a un pueblo que fue brutalmente aplastado por una conquista y una religión impuesta con garrote.

Tener al hombre más rico del mundo (Slim) y al hombre más pobre (Tzotzil), tener el paisaje más bello (Tulum) y el más feo (Iztapalapa), tener al intelectual más ilustre (Fuentes) y al más ignorante (Ninel Conde), también es algo que deja mucho en qué pensar, un país que sigue viviendo en la enorme desigualdad del Virreinato, del Porfiriato, de la Revolución; e igual que todo el siglo XX.

200 años son para pensar, para cavilar, para reflexionar (para luego actuar pensando), no para despilfarrar en banalidades (gobierno) ni ahogarse en un mar de alcohol (pueblo) y descansar estos tres días de puente con una resaca revolucionaria para luego continuar siendo lo mismo por otros 200 años.

¡VIVA MÉXICO!


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